Es el valor de mantener la calma en medio de la dificultad. Este término (sereno), por su parte, puede emplearse para calificar a quien se encuentra tranquilo, relajado o reposado. La persona actúa de manera racional y templada en todo momento. El sujeto que es sereno, de este modo no se deja llevar por los impulsos y las emociones.
La serenidad del espíritu permitirá ver y entender de una manera mucho más clara lo que ha sucedido en nuestras vidas y lo que está sucediendo. Alejará la ira y el enfado que a veces nos ciegan y ayudará a caminar hacia la satisfacción y la felicidad. Otra característica habitual es que las personas serenas siempre responden y se comportan de manera cordial, sin agredir ni mucho menos y, esto hace que a la mayoría de personas les guste hablar con ellos o los elijan para resolver problemas. Las personas con este valor son las que vemos por la calle sonriendo y reflejando armonía a otros, motivando a los demás a vivir bien y generando sonrisas, aún cuando ellos mismos atraviesen un momento crucial en sus vidas y a lo mejor en su interior hay rastros de tristeza.
Toda sensación, emoción y acción que desarrollamos en nuestra vida diaria parte de nosotros, por lo tanto somos los únicos responsables de potenciar o cambiar nuestra perspectiva de vivir una buena vida con nosotros mismos y los demás.
La serenidad es un estado de calma interior que nos permite enfrentar los desafíos de la vida con tranquilidad. En medio del caos, encontrar la serenidad es clave para tomar decisiones sabias y mantener la paz mental.
La serenidad no implica la ausencia de problemas, sino la capacidad de afrontarlos con serenidad y sabiduría. Es un regalo que nos brinda equilibrio emocional, promoviendo la salud mental y mejorando nuestras relaciones personales. Cultivar la serenidad requiere autoconciencia, aceptación y la capacidad de soltar lo que no podemos controlar. Al buscarla, creamos un espacio interior de paz que nos permite disfrutar plenamente de la vida y enfrentar sus altibajos con serenidad y gratitud.
Un aforismo dice: «Como el hombre piensa en su corazón, así es él». El hombre es literalmente lo que piensa, siendo su carácter la suma total de todos sus pensamientos. La acción es la flor del pensamiento y la alegría o el sufrimiento son sus frutos, de este modo el hombre cosecha los productos dulces o amargos de su propia labranza. El pensamiento nos ha formado lo que somos, por él fue forjado y construido. Si la mente del hombre contiene malos pensamientos, el dolor lo sigue como una rueda o un móvil; si persevera en pureza de pensamiento, la alegría lo acompaña como su propia sombra. Inevitablemente, el hombre se forma o se deforma, en la fragua del pensamiento forja las armas para su propia destrucción, como ahí también elabora las herramientas con que se construye para si su felicidad, fortaleza y paz.Entre estos dos extremos están las graduaciones de carácter y el hombre es artífice y señor de ellos.
En todo lo humano hay esfuerzos y hay resultados, siendo la fuerza de lo primero la medida de lo segundo, la casualidad no existe. La visión que glorificais en vuestra mente, el ideal que entronizais en vuestro corazón, esto es lo que formará vuestra vida, esto es lo que llegaraís a ser.
Para la antigua tradición tibetana, el secreto de una existencia serena y llena de éxitos reside en no tener miedo. Pero, en nestra sociedad, donde el estrés constituye la norma, hemos hecho del temor una forma de vida.
Johan P. Hebel dice: » Somos plantas, nos guste o no admitirlo, que deben salir de las raíces de la tierra para poder florecer en el éter y dar fruto»
Vivir con serenidad no se trata solo de hacerlo en ausencia de inquietud, sino de experimentar el sosiego y el bienestar interno aún cuando exista algún tipo de agitación. Es decir, se trata de no dejarse llevar enteramente por el malestar cada vez que surja algo.
Hay un refrán que dice: «No siempre se calla para guardar silencio, se calla para conservar la paz. A veces estar en paz, es mejor que tener la razón»
Con la serenidad tenemos la perspectiva general de la situación (posición estratégica) y el manejo emocional suficiente para actuar (posición táctica). Por lo tanto, serenarse consiste en admitir como están las cosas y modificar tu respuesta en consecuencia.
La serenidad es un tesoro que podemos desarrollar a lo largo de nuestras vidas. Al aceptarla, nos convertimos en arquitectos de nuestra propia paz mental, lo que nos permite enfrentar los desafíos cotidianos con fortaleza y sabiduría. En última instancia, la serenidad nos guía hacia una vida más plena y satisfactoria, donde podremos encontrar la calma en medio de la tormenta.
A continuación comparto algunos pensamientos célebres:
– SÉNECA: » Cuando piensas cuántos se te adelantan, ten en cuenta cuantos te siguen»
– AISTÓTELES: «El prudente no espera el placer, sino la ausencia de dolor»
– JOHAN W. GOETHE: «El talento se educa en la calma y el carácter en la tormenta»
– JACINTO BENAVENTE: «La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es un buen capitán de nuestro barco»
– SÉNECA: «Nunca serás feliz si te atormenta que algún otro es más feliz que tú»
– ANÓIMO: » Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para conocer la diferencia»
Feliz domingo querida familia y amigos. Y un mensaje para una estimada amiga. Todo duele y cuesta, pero con Fé, carácter y perseverancia, todo será como antes y mejor. Hazlo.

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3 Comentarios

Ana Maria · septiembre 17, 2023 en 6:05 am

Una excelente reflexión y tremenda verdad.
La serenidad y la calma son un arte que al cultivarlo nos llevan a una vida plena.
Gracias Oscar.

Luis Flores · septiembre 17, 2023 en 8:46 am

Muy interesante, y más en esta vorágine de vida que nos apura en todo.
Gracias

Cesar · septiembre 17, 2023 en 5:52 pm

Gracias por compartir este tema, donde debemos buscar la serenidad para afrontar situaciones complicadas.
Nos mantiene tranquilos, enfocados y concentrados para una resolución inmediata.
Gracias por compartirlo y publicarlo.
Sigo aprendiendo y compartiendo
Buen domingo
Un abrazo

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