El optimismo es la actitud de esperar que sucedan cosas buenas y el pesimismo como el de esperar que sucedan cosas negativas. Ser optimista no es sinónimo de vivir en un mundo lleno de ilusiones o de fantasías, sin ningún soporte en la realidad. La persona optimista tiene una visión ajustada a la realidad y es capaz de darse cuenta de las desventajas de una decisión o de la gravedad de un problema. la diferencia es en que también es capaz de encontrar aspectos positivos que le permitan tomar decisiones, enfrentarse a los problemas y superar las dificultades.
El optimismo es una actitud que implica esperar lo mejor de la vida, enfocándose en los aspectos positivos y las oportunidades. El pesimismo, por otro lado, se centra en lo negativo y en las dificultades, esperando resultados desfavorables. Ambas perspectivas influyen en como las personas perciben y reaccionan ante los desafíos y eventos diarios. El optimismo puede aumentar la resiliencia y la motivación, facilitando la superación de los obstáculos. Los optimistas suelen tener mejor salud mental y física. El pesimismo, aunque puede parecer desalentador, puede preparar a las personas para posibles fracasos, ayudándoles a desarrollar estrategias preventivas. Ambas perspectivas tienen su lugar y pueden equilibrarse para manejar las expectativas y realidades de la vida de manera efectiva.
El optimismo se enfoca en lo positivo y las oportunidades, aumentando la resiliencia y motivación.El pesimismo se centra en lo negativo y las dificultades, ayudando a preparar estrategias preventivas. Ambas, de manera equilibrada permiten manejar mejor las expectativas y realidades de la vida.
Las creencias optimistas son limitadas (no las utilizan más allá de donde se puede), estratégicas (ayudan a las personas a encontrar sus objetivos y a usarlos selectivamente) y dirigidos (implica una cierta capacidad de iniciativa y ajustados a las características de la situación).
El optimismo también supone ilusión. Lo más probable es que haya posibilidades de que vayan bien las cosas, como de que no. El optimismo conlleva una dosis importante de ilusión, de confianza, de esperanza. La ilusión del optimismo significa
planificación de objetivos y sistematización de recursos para lograrlo.
Numerosos estudios recogen resultados que relacionan el optimismo con el bienestar de la persona. Contribuye entre otras cosas a implantar hábitos de salud, ser más indulgentes con nuestro pasado, apreciar mejor el presente y buscar oportunidades en el futuro, favorecen un procesamiento cognitivo más completo (operaciones mentales que realiza el cerebro para procesar información). En el ámbito académico, se puede predecir un ajuste adecuado del alumno con todas sus interacciones y actividaes educativas. Y todo ello contribuye a que nos sintamos más felices, y que mejoren nuestras relaciones con los demás, y a que nos sintamos más capaces de superar las dificultades.
Entre las consecuencias negativas del pesimismo (según Seligman 1999) se encuentra un carácter depresivo, resignación, bajo rendimiento e incluso una salud física disminuída, frente a una adversidad.
Igualmente, Seligman dice: «El optimismo es simplemente una herramienta; pero es una herramienta poderosa. En la presencia de unos sólidos valores y de un espíritu de superación, es la herramienta que hace posible tanto los logros individuales como la justicia social».
El optimismo es contagiante, como otras muchas cualidades y otros tantos defectos. También guarda estrecha relación con la autoestima y el autoconcepto, con una visión positiva sobre uno mismo y la propia capacidad.
Favorecer la autoestima no significa ocultar las cosas. No debemos confundir optimimismo con la evitación de la culpa.Uno tiene que aprender a asumir las consecuencias de sus acciones con una responsabilidad realista.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión.
Los estudios han demostrado que los optimistas viven más tiempo, tienen una mejor calidad de vida en su salud. Ante los fracasos reacionan como si estos fueran desafíos, los enfrentan con energía y esperanza.Piensan de manera creativa, tolerante, constructiva, generosa, relajada. Todas estas razones son más que suficientes para adoptar un estilo optimista, que indudablemente va a contribuir a que seamos más felices y podamos disfrutar de relaciones significativas con los demás.
A continuación las clásicas frases célebres sobre el tema:
– C.S.LEWIS: «Nunca eres demasiado viejo para tener otra meta u otro sueño»
– TRUMAN CAPOTE: «El fracaso es el condimento que le da sabor al éxito»
– WINSTON CURCHILL: «Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad»
– WILLIAM WARD: «El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas»
– CHARLES CHAPLIN: «Un día sin una sonrisa es un día perdido»
– ALBERT EINSTEIN: «Somos arquitectos de nuestro propio destino»
Feliz domingo querida Familia y amigos. LLega el frío invernal. A cuidarse, bien abrigados y hacer bastante deporte.

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2 Comentarios

Luz Elena Pichiling Angeles · junio 9, 2024 en 11:28 pm

Excelente tema que todos debemos saber
Gracias hermano por tus publicaciobes en temas muy importantes.
Felicitaciones

Cesar · junio 11, 2024 en 7:45 pm

Buen tema que has tocado, siempre debemos encontrar la parte positiva en cada obstáculo, en circunstancias complicadas,
Nuestro entusiasmo y optimismo son vitales para tomar los problemas con actitud positiva.
El optimismo es importante en nuestras vidas, en todo aspecto como en política, economía, deportes (ahora que inicia la copa América y retomamos las clasificaciones para el mundial) no debemos perder el optimismo.
Buen inicio de semana, con muchísimo optimismo
Saludos por Casa

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