Es un concepto complejo, surge en la década de los 80 y se concibe como la mayor capacidad de producción, bienes y servicios, y actuar exitosamente en mercados internos y externos de una economía. El eje de competitividad de una nación o país es la productividad de la mano de obra y del capital, medido como el valor de la producción por unidad de cada uno de sus factores. La productividad está determinada por la calidad y naturaleza de los bienes que se generan, así como por la eficiencia con que se producen. De la productividad dependen los salarios de los trabajadores y el rendimiento del capital. Si una nación posee empresas con altos niveles de productividad, alcanzará, en consecuencia, altos niveles de vida. El papel de la innovación es importante en el logro de la ventaja competitiva. Pero la innovación requiere información, fruto de la investigación, y también de la decisión y temple frente a las necesidades y adversidades. Si la empresa que innova no perfecciona su invento, habrá otra que lo hará y la desplazará así de la oportunidad de ser más competitiva.
Las regiones con condiciones extremas de vida no atraen definitivamente recursos o inversión, ni tampoco lo hacen aquellas donde la calidad de marco institucional y jurídica es pobre, esto plantea la competitividad bajo la dicotomía centro-periferia al interior de los países, es decir inversión centralizada en las metrópolis. El centro generalmente reúne mayor dotación de recursos laborales, infraestructura de transporte, telecomunicaciones, centros de investigación tecnológica y mejor aplicación de las leyes y de condiciones de vida, como es el caso de las áreas metropolitanas.
En contraposición existen otras regiones periféricas las cuales, salvo por la explotación minera, de hidrocarburos o agroindustria, no atraen mayormente recursos por las carencias enormes, arriba señaladas.
La competitividad durante el siglo XIX fue muy limitada debido a varios factores: el tamaño pequeño del mercado interno, hecho que impedía la generación de economías de mayor escala, luego la falta de insumos básicos, las dificultades del transporte y la pobre capacitación laboral e incorporación de nuevas técnicas. así, lo que primó fue la producción artesanal de consumo local. Entonces, podemos deducir que la competitividad es un tópico complejo y controvertido. No opera mediante fórmulas exactas o estructuras institucionales, es un fenómeno que actúa plenamente sobre el concepto de la productividad de los factores que se manejan en espacios y momentos distintos, y en la cual la innovación se instala como un eje central. Es un proceso especulativo que requiere examinar lo que se tiene, sopesarlo, mejorarlo y proyectarlo hacia el futuro. En estos tiempos la competitividad hay que fundirla al nuevo concepto de la «cuarta revolución industrial», conocida como el «Internet de las cosas», concepto apoyado en plataformas, donde bienes, equipos automatizados y personas interactúan temporal y espacialmente. Éste, es un fenómeno que modificará mucho los conceptos sobre eficiencia y productividad que conocemos hasta ahora.
por lo tanto, la verdadera competitividad se mide por la productividad, la que permite a un país soportar salarios altos, una divisa fuerte y una rentabilidad atractiva del capital. Y con ello, un alto nivel de vida de su población.
La utilización de las tecnologías de información y comunicación y el comercio electrónico por parte del sector empresarial abre nuevas oportunidades de espacios que resultarían en una serie de beneficios económicos, las cuales van desde el mejoramiento y facilitación de las comunicaciones entre las empresas, hasta el manejo más eficiente de los recursos de la misma. Pueden ser utilizadas para diseñar y probar nuevos productos, procesos de pagos, sistemas de gestión automática de stocks, enlace rápido con proveedores, sistemas de control y procesos más relacionados con la producción, entrenamiento de personal, reclutamiento, acceso a vendedores y catálogo de productos, compras y pagos electrónicos, administración de inventarios etc.
El Foro Económico mundial que ha medido la competitividad entre países desde 1979 la define como «el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país». Básicamente, el aumento de la competitividad significa aumento de la prosperidad. Todos los países con más probabilidad de crecer en forma sustentable e inclusiva, tiene más probabilidad que todos los miembros de su sociedad se beneficien con los frutos del crecimiento económico. A nivel mundial los países más competitivos del mundo son en el siguiente orden: USA, Suiza, Singapur, Hong Kong, Suecia, Alemania, Canadá, y sigue la lista.
Perú, se ubica en el puesto 54 de 63, según ranking del 2022. Tarea para los gobiernos de turno de atraer inversión asegurando honestidad, estabilidad jurídica, buena infraestructura y paz social. Sin inversión no hay crecimiento, ni trabajo, ni salud y educación, menos un bienestar digno de la población.
A continuación, algunos pensamientos de pensadores»
. – MICHAEL PORTER: «Una empresa posee una ventaja competitiva cuando tiene alguna característica diferencial al respecto de sus competidores, que le confiere la capacidad para alcanzar rendimientos superiores a los de éstos con el tiempo»
. – CHARLES DARWIN: «No son los más fuertes o inteligentes los que sobreviven, sino los que mejor se adaptan a los cambios»
. – RUPERT MURDOCH: «El mundo está cambiando muy rápido. El grande ya no vencerá más al pequeño, más bien el rápido vencerá al lento»
. – OVIDIO: «Un caballo nunca corre tan rápido como cuando tiene que alcanzar y superar a otros caballos»
. – NILO QUBEIN: «Los ganadores comparan sus logros con sus metas, mientras que los perdedores comparan sus logros con los de otras personas»
. – ONASSIS: «No tengo amigos ni enemigos, solo competidores»
Feliz domingo amigos.
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